La salud de Spurlock se deterioró a raíz de mostrar en primera persona los
efectos de la comida basura. Sus niveles de colesterol aumentaron
considerablemente en 30 días; su hígado también quedó dañado. Llegó un
momento en que su médico le recomendó que abandonara su proyecto
documental para no seguir perjudicando su organismo.
Pero este director prolongó su dieta durante un mes. El resultado muestra en la
pantalla lo que millones de personas están consiguiendo día a día
con supermenús formados por más papas fritas, grandes hamburguesas y un
excesivo consumo de bebidas gaseosas.
La cuestión es si hay sólo un culpable (‘la comida basura’) de que cada vez haya
más obesos o, como apuntan los expertos, si hay muchos aspectos relacionados
con la obesidad.
Neville Rigby, director de la International Obesity Task Force, sostiene que
americanizar la obesidad es un error ya que «se trata de un fenómeno
transnacional». «Por supuesto, hay multinacionales a ambos lados del Atlántico»,
agregó.
Shiriki Kumanyka, profesor de epidemiología en la Universidad de Pennsylvania
(EEUU) y miembro de un grupo de la Organización Mundial de la Salud experto en
obesidad, informó recientemente del peligro que corre la población asiática,
especialmente supersensible a los riesgos del aumento de obesidad abdominal y
enfermedades crónicas.
Gran parte del origen de este problema podría encontrarse en el cambio de los
hábitos de vida a nivel mundial. El trabajo manual está desapareciendo y cada
vez es más fácil acceder a alimentos baratos y de gran contenido
calórico.
A esto hay que añadir la suba de precios de los alimentos frescos que forman
parte de una dieta sana, tales como los tomates, pimientos, lechuga y peras,
entre otros.
Además, para muchas personas es mucho más barato y cómodo quedarse en
casa viendo la televisión que realizar deportes.
Quizá, como apunta Paul Zimmet, director del Instituto Internacional de Diabetes
en Melbourne, Australia, los Gobiernos no hacen lo suficiente para que los
alimentos sanos lleguen a nuestra heladera y para que cada vez más personas
practiquen deporte.
No obstante, todos los expertos están de acuerdo en algo: Estados Unidos es
culpable de no ofrecer soluciones. El poder de la industria alimentaria sobre la
política del Gobierno estadounidense es muy fuerte.
Casi todo el mundo conoce el valor de una imagen. McDonald’s lo sabe y el
director de Super Size Me también. Al respecto, no es casual que a los pocos
días de estrenarse el documental en el festival de cine independiente Sundance,
la compañía alimentaria anunció la supresión de las macro-raciones o
menús super size.
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