Las células cerebrales necesitan la enzima llamada Pin1 para permanecer
saludables, pero los investigadores de Estados Unidos, que la identificaron en
1995 han descubierto que también previene la formación de las marañas de
proteínas en el cerebro que son características de la enfermedad de
Alzheimer.
«Esto permitirá (a los investigadores) observar en diferentes direcciones al
analizar cómo se desarrolla la enfermedad de Alzheimer», dijo en una entrevista
Kun Ping Lu, de la Facultad de Medicina de Harvard.
El investigador dijo que la enzima Pin1 (una poli-1-isomerasa) desempeña un
papel importante en la protección contra el Alzheimer y otras enfermedades
cerebrales relacionadas con la edad.
La enfermedad de Alzheimer afecta a unos 12 millones de personas en todo el
mundo.
Un depósito de placa amiloidea y de marañas de una proteína llamada tau
causan la enfermedad progresiva e incurable que roba a las personas su memoria
y su capacidad mental.
Lu y Tony Hunter, del Instituto de Estudios Biológicos Salk en La Jolla, California,
demostraron que la Pin1 previene la formación de las marañas proteínicas al
comparar las cantidades de la enzima en ciertas áreas del cerebro de pacientes
con Alzheimer y de las personas sin la enfermedad.
«Esto es convincente, que la enzima debe tomarse en consideración en futuros
estudios sobre la enfermedad de Alzheimer», expresó Lu.
En estudios realizados con ratones transgénicos, que carecen del gen que codifica
la síntesis de la enzima Pin1, los científicos también descubrieron que la
inactivación del gen fue suficiente para causar los cambios cerebrales
relacionados con la edad en los animales.
También descubrieron una conexión inesperada con el cáncer. En estudios de
laboratorio, Lu se percató de que la enzima se expresa excesivamente en el
cáncer de los humanos. Muchos tipos de cáncer son más comunes a medida que
la gente envejece.
«Este (estudio) brinda una nueva forma de pensar sobre cómo tratar o prevenir la
neurodegeneración», comentó, agregando que los fármacos que inhiben la Pin1
podrían formar la base de nuevos tratamientos contra el cáncer.
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