De manera que correr, bailar, jugar, nadar o cualquier otra actividad puede
ser el arma para combatir un problema que se agudiza cada vez más entre la
población infantil, especialmente entre los hispanos.
«Lo que se busca con esta iniciativa nacional y multicultural es promover la
actividad física entre la población infantil para desplazar los hábitos que conducen
a la obesidad a niños entre 9 y 13 años», anunció Deborah Kazenelson Deane,
portavoz de la campaña.
Precisamente se ha escogido estas edades porque es en ellas que los hábitos
sedentarios se desarrollan, y así lo confirman investigaciones sobre el
tema.
Por ejemplo, de acuerdo con estudios manejados por los CDC, los niños que
pasan más horas frente al televisor son menos propensos a realizar actividades
físicas.
Así, los menores que tienen un televisor en su habitación miran 4,6 horas
adicionales a la semana. El 50 por ciento de niños hispanos tiene una en su
recámara, frente a sólo un 20 por ciento de niños caucásicos.
Pero las horas frente al televisor no son todo, según esta agencia el número de
niños en EEUU con sobrepeso se ha duplicado en los últimos 20 años; entre los
adolescentes se ha triplicado, y, peor aún, y aunque las cifras no son exactas,
entre los latinos las cifras en ambos grupos son mayores que en el
resto.
Asimismo, entre los menores hispanos quienes más padecen de sobrepeso son
aquellos que nacieron en el país y de éstos los méxico-americanos son quienes
registran las cifras más altas (39,3 por ciento con sobrepeso y 23,7 con
obesidad).
Adicionalmente, los niños hispanos tienen el índice más alto de casos de diabetes
tipo 2 que los caucásicos sin contar con que a largo plazo el sobrepeso puede
llevar a otros problemas relacionados con afecciones cardiacas, presión alta y
cáncer de colon, donde también los latinos registran números
alarmantes.
«Ahora los padres saben que niños inactivos son niños con sobrepeso y que éstos
tienen problemas en la autoestima, más depresión. Niños que no están envueltos
en actividades físicas ni sociales, son niños que tienen más propensión a
comportamientos riesgosos», señaló Kazenelson.
Según la portavoz, al analizar el problema, esta agencia se preguntó por qué los
padres latinos no involucran a sus hijos en más actividades y no usan los recursos
ya existentes.
«Hemos encontrado que hay factores como el idioma, el que ambos padres salgan
a trabajar y el tipo de comunicación entre los padres latinos y sus hijos que
influyen en este problema», afirmó.
«También nos hemos dado cuenta que padres inmigrantes que recién han llegado
al país no inscriben a sus hijos en programas comunitarios porque siente temor
de que por ejemplo al ‘couch’ de la escuela no hable a sus hijos en español»,
agregó.
Es por esta razón que para esta campaña, los CDC ha organizado una serie de
foros comunitarios en ciudades con gran concentración de población hispana
como Miami, Los Ángeles y Houston y ha puesto a disposición de la comunidad un
sitio en españo:l www.verbparents.com/espanol.
«Pero queremos hacer un llamado a que incentiven a sus hijos a escoger un verbo
que signifique una actividad y si los padres la pueden realizar con sus hijos mucho
mejor aún», indicó Kazenelson.
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