Revalidan los efectos saludables del vino

Durante la presentación del trabajo “Vino y enfermedades cardiovasculares”
se reveló que el consumo moderado de vino (unos 20 o 30 gramos al día) reduce
hasta un 96% la capacidad de adhesión al endotelio vascular de las células que
provocan la aterosclerosis –enfermedad inflamatoria de las arterias- , con lo que
consigue una reducción de esta cardiopatía isquémica de entre el 10% y el 30%
en sujetos sanos y del 30% o 40% en pacientes con enfermedad
coronaria.

Estos resultados proceden de un proyecto europeo de investigación que ha durado
tres años y en el que, bajo la coordinación del hospital Clínic de Barcelona, han
participado instituciones de Francia, Gran Bretaña e Italia. Además, ha contado
con la colaboración de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición
(FIVIN).

El proyecto, que incluye dos estudios publicados en “Atherosclerosis” y “American
Journal of Clinical Nutrition”, concluye que beber vino con moderación reduce la
mortalidad por infarto y las enfermedades cardiovasculares en general. Pero
además añade que el vino es un poderoso antioxidante y antiinflamatorio y
previene lesiones arteriales y la trombosis arterial. El trabajo se ha llevado a cabo
de forma prospectiva con personas y no de manera epidemiológica –basado en
encuestas-, como hacían los estudios anteriores.

Según los doctores Álvaro Urbano Márquez, Jefe del Servicio de Medicina Interna
del Hospital Clínic de Barcelona, y Ramón Estruch Riba, miembro del mismo
departamento, «el alcohol en dosis moderadas tiene unos efectos positivos sobre
la enfermedad coronaria, pero estos beneficios son todavía mayores en el caso
del vino por su poder antiinflamatorio». En palabras del doctor Estruch «los datos
de esta investigación son irrefutables».

Sin embargo, ambos expertos inciden en que «a pesar de sus bondades, no hay
que olvidar que el vino es una bebida alcohólica que si se toma en dosis elevadas
y permanentes puede tener efectos perjudiciales».

Uno de los estudios que ha corroborado los beneficios del vino comparó los
efectos de esta bebida con los producidos por la ginebra. Los resultados indicaron
que la ingesta de ambos líquidos reducía tres marcadores sanguíneos de la
inflamación (la proteína C reactiva, el fibrinógeno y la interleukina 1 alfa), por lo
que estos efectos positivos se pueden atribuir al etanol que contienen las dos
bebidas.

Pero sólo tras el consumo de vino se detectó una reducción muy significativa de
las moléculas de adhesión causantes de la aterosclerosis, lo que significa que el
mayor efecto antiinflamatorio del vino se debe a los componentes no alcohólicos
del mismo, los llamados polifenoles. La ginebra, por su parte, no contiene estos
elementos.

Otros efectos positivos del vino incluyen un aumento de los niveles de HDL (el
colesterol bueno) y una disminución de la capacidad de oxidación de las partículas
del colesterol LDL (el colesterol malo).

Publicado en: Novedades

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