Así lo afirman el jefe de Medicina Interna del Hospital San Carlos, Manuel
Serrano, la profesora del departamento de Nutrición de la Universidad de
Barcelona, Carmen Vidal, y la coordinadora de Nutrición del área de Ciencias de
la Salud de la UNED, Ana Sastre, quienes participaron en la Escuela de
Nutrición «Francisco Grande Cavián», que se celebra esta semana en la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en España.
Serrano llamó la atención sobre el hecho de que «hay cánceres y cánceres», pues
los que son más frecuentes en los países desarrollados (colon, próstata y mama)
se dan mucho menos que otros (estómago), que aparecen más en las zonas
subdesarrolladas.
El cáncer es ya la segunda causa de mortalidad en los países desarrollados, un
hecho que está «íntimamente asociado» al aumento de la esperanza de vida,
consideró Serrano.
«Los estilos de vida occidentales están teniendo un impacto negativo sobre las
personas de vida prolongada. Una vida que dure mucho y con muchas lacras es
un tormento y no una felicidad. Y ese no es el objetivo de la sociedad moderna»,
consideró el galeno.
Según Serrano, la prolongación de la vida «tiene mucho que ver con los hábitos
saludables en los años de la juventud y la adolescencia» y consideró que
la «explosión» de la obesidad infantil, en torno al 10% debido al «alto consumo de
grasas saturadas y colesterol», está provocando «muchas alteraciones de los
lípidos que eran impensables hace años».
Serrano coincidió con Carmen Vidal en que «no se puede asociar un efecto
preventivo o promotor a un sólo factor», como la dieta, ya que se dan «factores
agonistas», como el caso del tabaco que «multiplican el efecto perjudicial de
otros».
Por su parte, Serrano indicó que las carnes rojas y las grasas están asociadas
de «forma perjudicial» a la aparición de cáncer de colon.
Además explicó los efectos protectores del consumo de frutas y verduras, no sólo
en los cánceres del tracto digestivo, sino en otros como el de próstata.
La experta insistió también en la relación entre cáncer y obesidad y dijo
que, «tomando los datos con prudencia», los varones con un sobrepeso del 40%
tienen un 35% de posibilidades de desarrollar un tumor, cifra que «se dispara
hasta el 160% en las mujeres de las mismas características», afirmó.
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