Ante la creciente incidencia de la obesidad como un problema mundial de
salud, los especialistas dijeron que necesitan entender mejor la forma en que las
células adiposas favorecen el desarrollo del cáncer, a fin de combatir la
tendencia.
Por ahora, está claro que el sobrepeso puede dificultar la detección temprana de
los tumores, el hallazgo de los casos recurrentes, el esclarecimiento de la mejor
dosis de quimioterapia e incluso la introducción del paciente en los sistemas de
radiación.
Ello afecta las probabilidades de que el enfermo sobreviva. Un estudio relevante
divulgado el año anterior estimó que el sobrepeso sería un factor que influiría en
un margen de entre 14 y 20% de todas las muertes por cáncer, unas 90.000 al
año.
«La obesidad dificulta aun más la atención de los pacientes con cáncer», dijo el
doctor Christopher Desch, oncólogo en Richmond, Virginia.
Se sabe que la grasa incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de colon, seno,
útero, riñón, esófago, páncreas, vesícula, hígado y estómago.
Varía mucho el papel que la obesidad desempeña, y las relaciones más claras se
presentan en realidad en tipos menos comunes de cáncer.
El sobrepeso se vincula más al cáncer de endometrio. Una mujer obesa tiene dos
veces más riesgos de desarrollar ese tipo de cáncer que una delgada. Una vez que
la mujer engorda, el riesgo crece entre 3,5 y 5 veces.
Asimismo, los obesos tienen el triple de riesgo de padecer cáncer de riñón y cierto
tipo de cáncer de esófago.
Sin embargo, el cáncer suele ser sólo una preocupación secundaria al enumerar
los múltiples riesgos que plantea la obesidad.
Los riesgos que corren las personas obesas de sufrir insuficiencia cardiaca y
diabetes, son mayores y más inmediatos, porque el cáncer suele desarrollarse con
más lentitud que esos padecimientos, explicó Eugenia Calle, epidemióloga de la
Sociedad Estadounidense del Cáncer, quien figura en el grupo de especialistas que
están advirtiendo sobre el vínculo con la obesidad.
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