Un estudio, publicado en Archives of Internal Medicine y basado en 10
trabajos de Estados Unidos y Europa, concluye que la ingesta de 10 gramos
diarios de fibra procedente de los cereales y las frutas reduce un 27%, de media,
el riesgo de tener una muerte coronaria y un 14% el riesgo de sufrir
enfermedades del corazón. El efecto se da tanto en los hombres como en las
mujeres.
En concreto, el incremento de 10 gramos de fruta disminuye un 16% la posibilidad
de enfermar del corazón y un 30% el riesgo de morir como consecuencia de una
patología coronaria, mientras que los porcentajes para la misma cantidad de
cereales son del 10% y del 25%, respectivamente. Aunque tanto la fibra soluble
como la insoluble presentan estas propiedades, la primera de ellas es un poco
más beneficiosa para el corazón.
La relación inversa que existe entre los cereales y frutas y las patologías
coronarias es independiente de otros factores como el sexo, la edad, el índice de
masa corporal, el tabaco, la hipertensión o la diabetes.
Sin embargo, la fibra de las verduras y legumbres, que también se tuvieron en
cuenta, no está asociada con un descenso en el riesgo de sufrir estas
enfermedades. Los autores del trabajo creen que esta particularidad de las
verduras puede deberse a que algunas de las que se incluyeron en el estudio,
como los guisantes, contienen pocos nutrientes pero son ricos en azúcares y, por
tanto, no favorecen al corazón.
La fibra incluida en la dieta reduce la presión sanguínea y mejora la sensibilidad a
la insulina, entre otras ventajas. Los investigadores indican que de los seis a 10
años que duró el seguimiento de los pacientes (91.058 varones y 245.186
mujeres), 5.249 personas desarrollaron alguna enfermedad coronaria y 2.011
murieron como consecuencia de las mismas.
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