Según la investigadora principal, la Dra. Carol Frey, los obesos tienden a
caminar muy diferente a las personas con un peso normal a su talla. Una persona
gordita camina con pasos cortos y con los pies más separados, lo que produce
una tensión en los tobillos.
La gran mayoría de los pacientes sometidos al estudio reconoció que al presentar
fuertes dolores en los pies al caminar o realizar algún ejercicio se tienden a sentar
y descansar largas horas.
Sin embargo, el traumatólogo chileno Hugo Durán sugiere hacer todo lo contrario:
al sentir molestias, hinchazón o dolencias constantes en las rodillas, tobillos o
pies, se debe hacer gimnasia en forma regular. Mientras más flexible se
encuentre una persona, menos tensión soportan los tendones, enfatiza el
especialista.
Un reciente estudio turco publicado en la revista Clinical Biomechanics había
probado que la obesidad guarda una relación proporcional con la fuerza plantar
total y la superficie de contacto del pie, así como con la presión pico del pie
medio durante la caminata.
Fuente: Bibliomed.
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