Muchas veces se buscan excusas para no hacer ejercicio: no tengo tiempo ni
dinero son algunas de las respuestas que se esgrimen.
La salida para estos pretextos está en nuestros pies. Andar es un ejercicio sano,
sencillo, al alcance de todos y que le puede ayudar a librarse de los kilos de más.
El único requisito para caminar es calzar un buen par de zapatos.
Debe tener en cuenta que debe usar siempre medias para evitar rozaduras o
ampollas.
Caminar no sólo adelgaza: está demostrado que su práctica regular reduce el
riesgo de enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis y la diabetes.
Una de las ventajas de caminar es que puede ser practicado por todos, incluso
por personas que no han hecho nunca ejercicio, que sufren de sobrepeso severo,
que tienen poco tiempo o que, sencillamente, no son demasiado diestros. Por
ejemplo, puede acudir al trabajo caminando y así integrar el fitness en su vida
diaria.
Para obtener los beneficios cardiovasculares que proporciona caminar
es importante que ande a un ritmo alto y constante, como mínimo, durante
veinte minutos.
Para quemar grasa, es imprescindible realizar esos veinte minutos seguidos: no
sirve si da dos paseos de diez minutos cada uno. El organismo no empieza a
fundir las reservas de grasa hasta pasado ese tiempo.
La caminata constante y diaria favorece también a tonificar los músculos y
estimular el metabolismo basal, lo que le ayudará a perder peso casi sin darse
cuenta.
Si nunca ha hecho ejercicio y está totalmente fuera de forma, comience dando un
paseo vigoroso tres veces por semana. A medida que se encuentre mejor,
aumente la frecuencia hasta hacer una buena caminata diaria. Vaya aumentando
el ritmo gradualmente, así como la duración del ejercicio. Para potenciar el
esfuerzo cardiovascular, realice periodos más intensos durante dos o tres
minutos, acelerando el paso o subiendo cuestas.
Nota: Ante cualquier duda, consulte a su médico.
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