«La hemoglobina de la Arenicola Marina es perfectamente compatible con la
de los seres humanos», dijeron los investigadores.
«No tuvimos que modificar absolutamente nada», anunció el científico Franck Zal.
El descubrimiento que podría revelarse de extraordinaria importancia, fue
realizado en Roscoff, en el laboratorio local de oceanología y biología marina, que
depende de la Universidad Pierre y Marie Curie de París.
Los líderes del equipo que condujo la investigación, Zal y Andre Toulmond,
explicaron que «la grandísima dimensión de sus moléculas deja abierta la
posibilidad de que, inyectadas directamente, puedan sobrevivir en el sistema
sanguíneo del hombre». Hasta hoy todos los intentos por sustituir la sangre de los
donantes -siempre en cantidades reducidas respecto a las exigencias- con la de
animales, fracasaron a causa de reacciones alérgicas y al peligro de los daños a
los riñones.
Con la sangre de la Arenicola, una suerte de larga lombriz que los pescadores de
Bretaña usan comúnmente para pescar, no hay ningún problema.
«Los resultados de base y pre-clínicos son extremadamente positivos»,
aseguraron los dos investigadores.
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