Preparación:
1. Precaliente el horno a 180°C. Tenga preparado un molde que mida 24 cm de
diámetro en la parte más ancha y 10 cm de fondo. No hace falta engrasar ni
preparar el molde.
2. Tamice 125 g de azúcar con la harina. Repita el proceso de tamizado seis veces
y reserve. Bata las claras en un recipiente grande con una batidora hasta que
estén espumosas y suaves. Añada una pizca de sal, una cucharada de agua, el
crémor tártaro, la esencia de vainilla y la de almendras, y cuando empiecen a
formarse burbujas añada el resto del azúcar, unas cuantas cucharadas cada vez.
Bata hasta que todo el azúcar se haya disuelto y el merengue adquiera
consistencia.
3. Añada la harina y el azúcar tamizadas con una cuchara de acero inoxidable
larga o una espátula de plástico. Remueva con cuidado hasta que se mezclen por
completo. Coloque la mezcla en el molde con una cuchara e introduzca una paleta
o una espátula de plástico en el centro del molde hasta tocar el fondo, luego
remueva en círculos para eliminar las posibles bolsas de aire y mezclarlos así
mejor.
4. Hornee durante 50 minutos o hasta que el pastel esté esponjoso al tacto. Déle
la vuelta al molde y colóquelo sobre una rejilla. Deje que el pastel se enfríe
por completo para que no se pegue al desmoldarlo. Para desmoldar, tal vez
necesite despegar un poco los laterales del pastel con un cuchillo. Colóquelo en
una bandeja para servir, espolvoréelo con azúcar impalpable y decórelo con las
frutillas.
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