El estudio, realizado por el Hospital Clínic de Barcelona, y publicado en la
revista médica Medicina Clínica, compara a un grupo de pacientes con
características similares que han seguido dos tratamientos diferentes para dejar
de fumar en la Unidad de Cesación Tabáquica del Hospital Clínic.
De los 111 pacientes estudiados por los doctores Josep Corominas, Teodor Marcos
y Teresa Godás, 84 han realizado un tratamiento de deshabituación del tabaco
utilizando el enfoque cognitivo-conductual con soporte farmacológico, mientras que
27 han realizado el mismo programa pero con la reducción progresiva del número
de cigarrillos y sin tratamiento sustitutivo de nicotina.
Según los datos del centro hospitalario, a los 6 meses se ha observado que no
existía una diferencia significativa, según los índices obtenidos con tratamiento de
sustitución de nicotina, con los que había conseguido dejar de fumar el 65,3% de
los pacientes, y los de reducción progresiva, que habían logrado que dejaran el
hábito el 51,8%.
Del mismo modo, a los tres años de seguimiento, se observa que no hay
diferencias significativas en cuanto a la eficacia de ambos procedimientos, 41% de
éxito con fármacos y 36% con reducción progresiva de cigarrillos.
Estos resultados indican que la reducción progresiva del número de cigarrillos que
se consumen es eficaz en el proceso de deshabituación al tabaco, al contrario de
la opinión de algunos expertos, que consideren que el método no es viable porque
cuando la persona llega a un consumo de 10 cigarrillos diarios le resulta muy difícil
la progresión descendente.
Según los autores del estudio, se trata de un método nada menospreciable,
especialmente indicado en pacientes que no quieren usar medicamentos que les
ayuden a dejar el hábito o que no pueden consumirlos por diferentes motivos.
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