Un problema de los celíacos es que no es fácil conseguir los alimentos
adecuados pero además sufren, entre otras molestias, tendencia a la pérdida de
peso. A esto se suma, de acuerdo a estudios recientes, que la incidencia sobre los
familiares directos oscila entre el 10 y el 15 por ciento.
Una vez que fue diagnosticado un miembro de la familia, debe estudiarse al
resto. «Se realizan los anticuerpos y se repiten los estudios periódicamente,
afirma la Licenciada en nutrición Andrea Rochaix, del Grupo de Educadores en
Salud y Alimentación de la Fundación Cardiológica Argentina.
El gluten son las proteínas -insolubles en el agua-, que se encuentran en todos los
granos de cereales. El gluten del trigo, de la avena, de la cebada y del centeno,
son conocidos como los causantes del daño producido en el intestino de los
celíacos.
La enfermedad no es una alergia al gluten sino la intolerancia permanente.
También existe la alergia, pero el modo de manifestación de ambas patologías es
totalmente diferente.
En el caso de la intolerancia, el diagnóstico es mucho más dificultoso: el cuerpo
responde de manera anormal a la presencia de una sustancia que considera
extraña y peligrosa, y a menudo los síntomas tardan en manifestarse.
Son síntomas característicos: dolor abdominal, distensión abdominal, vómitos,
diarreas, pérdida de peso, anemia, deficiencia de hierro, vitaminas y calcio,
osteoporosis, abortos, dermatitis herpetiforme, disminución del crecimiento,
irritabilidad y falta de atención.
Rochaix destaca que las mujeres celíacas que están por tener un hijo, deben
tener un cuidado especial con la alimentación del bebé, que no tiene que ingerir
alimentos con gluten hasta el primer año de vida, ya que la enfermedad es
hereditaria y no se puede saber hasta esa edad si el niño también es
celíaco.
Si bien mucha gente cree que el celíaco, por no poder comer ciertos alimentos, no
se nutre correctamente, la Lic. Andrea Rochaix desmiente ese mito, y explica
que el gluten no es una proteína indispensable y puede ser sustituida por otras
proteínas animales o vegetales. Quien sigue una dieta sin gluten, pero variada
(basada en carne, pescados, frutas, verduras, legumbres, huevos y cereales sin
gluten), normalmente come mejor y de forma más equilibrada y sana que el resto
de la población.
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