Los datos, que fueron divulgados el pasado martes a propósito del Día
Mundial Sin Tabaco, demuestran que el tabaquismo sigue siendo una de las
principales causas de mortalidad.
Entre la lista de enfermedades generadas como consecuencia del tabaco se
encuentran: el cáncer de estómago y el de cuello uterino, la neumonía, el cáncer
cervical y el de pulmón, el cáncer de riñón, el cáncer de páncreas, las cataratas y
la periodontitis, entre otras.
En la actualidad existen 1.300 millones de fumadores en el mundo y, si sigue el
mismo patrón, la OMS alerta que antes de 2020 se hubieran podido evitar unas 10
millones de muertes.
El 70% de los fallecimientos relacionados con el tabaquismo se produce en los
países desarrollados debido al incremento del hábito de fumar.
Sin embargo, la situación en América Latina es igualmente preocupante. En la
región se producen un millón de muertes al año por esta causa, lo que representa
el 17% de la mortalidad total de América Latina.
Entre los esfuerzos en la lucha contra el tabaquismo está la implementación y
ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco.
En este sentido, las iniciativas clave que intentan impedir que aumente el hábito
de fumar son: el aumento de los impuestos al tabaco, la prohibición de la
publicidad sobre cigarrillos, la creación de ambientes libres de humo y la
publicación de advertencias sanitarias en las cajetillas de tabaco en un tamaño
ideal del 50% de la caja.
Durante el Día Mundial contra el Tabaco, la OMS se centrará en convencer a los
médicos, enfermeras, odontólogos, psicólogos, farmacólogos, y en general al
personal sanitario, para que participen en reducir el tabaquismo al transmitir
información a los pacientes.
De acuerdo con la OMS, los breves consejos de un profesional de la salud pueden
aumentar en 30% las tasas de abstinencia al tabaco.
A pesar de todas estas iniciativas para dejar de fumar o impedir que aumente el
consumo de tabaco, una de las principales barreras a vencer sería la de los
intereses creados por las tabacaleras.
Según los expertos, la industria tabacalera trata de bloquear los procesos políticos
tendientes a restringuir o prohibir el consumo de tabaco en la sociedad.
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