Según aseguran los investigadores, en un artículo publicado por la
Asociación Médica Estadounidense en su revista especializada, este estudio –
aunque limitado- podría llevar a una nueva forma de tratar las enfermedades
cardíacas.
La HDL que se utilizó en la investigación se basa en una variante natural
encontrada en una pequeño pueblo del norte de Italia, descubierto a mediados de
los años 80.
Las 38 personas que vivían en la localidad de Limone Sul Garda habían visto
reducir de forma significativa el nivel de sus enfermedades cardíacas, a pesar de
encontrarse en la banda alta de riesgo.
Descubrieron que la principal proteína de la formación del colesterol HDL había
sufrido una mutación.
En el estudio, que tuvo lugar en Estados Unidos, 36 pacientes que habían sufrido
de angina de pecho o ataques al corazón recibieron transfusiones intravenosas de
una versión sintética de esta proteína. En cambio, 11 personas más recibieron
lipoproteína de baja densidad.
Los doctores examinaron las arterias de los pacientes con resonancias magnéticas
seis semanas después del tratamiento.
En aquellos que habían recibido las inyecciones, los depósitos de grasa de sus
arterias se habían diluido en un promedio del 1%.
En cambio, en los pacientes que habían recibido una versión de baja densidad, la
grasa en las arterias había aumentado en un 0,14%.
Existen dos tipos de colesterol, la HDL y el conocido como el «colesterol malo» con
una menor densidad de lipoproteína.
La HDL transporta el colesterol de las arterias hacia el hígado, pero la lipoproteína
de baja intensidad hace lo contrario y deposita el colesterol en las arterias, donde
forma placas peligrosas para la circulación de la sangre.
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