«En la gente obesa, las señales de hambre que van del estómago al cerebro
dejan de funcionar. Pero el nuevo sistema de computadora enseña a los niños
cómo volver a recibir estos mensajes», señaló el doctor Julian Hamilton-Shield, un
profesor de la Universidad de Bristol encargado de las pruebas de
terapia.
Mientras los niños comen, la computadora les pide constantemente que registren
su nivel de satisfacción, y a través del proceso de reasociación, las señales de
hambre se reactivan gradualmente.
La computadora, llamada «Mandometer», graba y almacena la pérdida de peso del
plato en que está comiendo el niño. A medida que la comida sale del plato, se
genera una curva en la pantalla de la computadora, que indica si el niño está
comiendo muy rápido.
«Los niños con problemas de peso frecuentemente comen muy rápido. Queremos
que coman a un ritmo constante y lento, y este sistema les enseña a hacerlo más
lento. Es un poco como volver a entrenarlos», dice Hamilton-Shield.
La obesidad representa ahora una de las mayores amenazas a la salud futura de
los niños. Alrededor de uno de cinco niños y una de cuatro niñas de entre 2 y 15
años en Inglaterra tienen sobrepeso. Pero hasta ahora ningún tratamiento ha sido
efectivo para tratar a los niños.
Seema Khajuria, una nutricionista de Londres que acoge la nueva tecnología, duda
que pueda funcionar sin supervisión estricta.
«Los niños necesitarán tener gran fuerza de voluntad para evitar comida chatarra
y bebidas, y si tuvieran mucha fuerza de voluntad no serían obesos en el primer
lugar», expresó Khajuria.
El «Mandometer» se creó en Suecia, pero está siendo mejorado en la Universidad
de Bristol, con 224.400 dólares en fondos de BUPA, una organización mundial del
cuidado de la salud.
«La fundación BUPA está muy entusiasmada con esta prueba que investiga nuevas
formas de encarar el problema», dijo el doctor Andrew Vallance-Owen, director de
la fundación.
El sistema podría ser presentado en el mercado dentro de dos años. Al comienzo,
sería administrado por clínicas médicas. «En una fase posterior, podría ser
convertido en un sistema autosuficiente que controle y provea retroalimentación»,
manifestó Hamilton-Shield.
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