«No hay ningún motivo para limitar el café en caso de patologías hepáticas,
como la cirrosis… el café es rico en antioxidantes, por tanto, más bien debería ser
recomendado», dijo en rueda de prensa el médico Vicenzo Fogliano, de la
Universidad de Nápoles.
En los últimos tres años, los estudios del italiano han encontrado que el café es
una gran fuente de fibra alimentaria que, aparte de sus efectos antioxidantes,
también tiene efectos prebióticos, incluso en algunos de sus subproductos como el
pergamino, que es la capa que cubre el grano procesado.
«También el que toma café tiene menos oportunidad de desarrollar diabetes tipo
II, por esos mismos componentes antioxidantes», agregó Fogliano, al recomendar
el consumo de unas cuatro a cinco tazas diarias, medida que aplicaría para
personas con un peso de unos 70 kilogramos.
El médico consideró, no obstante, que esta bebida debe ser reducida o suprimida
por aquellos que padecen hipertensión, gastritis o en el caso de las mujeres
embarazadas.
Otras conclusiones a las que ha llegado Fogliano con sus investigaciones son que
el café no causa cáncer de colon o de hígado y que tampoco afecta a las personas
con problemas cardiovasculares.
«Hay que eliminar la creencia que el café es malo. El café no es una droga, no
causa ninguna dependencia, cuando la persona quiere dejarlo, lo deja y punto»,
enfatizó el científico.
Fuente: AP
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