Una serie de experimentos, por ahora preliminares, realizados por un equipo
de investigadores del Imperial College de Londres y hecho sobre pacientes
voluntarios del Hammersmith Hospital de la misma ciudad, muestran que una
serie de inyecciones subcutáneas de oxintomodulina, hormona natural del
intestino humano, es capaz de crear en la persona que las recibe una importante
sensación de saciedad alimenticia.
Lo mejor es que como esta hormona es creada por el propio cuerpo es altamente
probable que incrementar su concentración natural -lo que haría que la persona
deje de tener hambre- no genere ningún peligroso efecto secundario como si pasa
con algunas medicinas que funcionan de esa manera.
Los resultados obtenidos por los investigadores, que se publican en la
revista Diabetes, mostraron que era posible reducir de manera segura el peso
corporal y la ingestión de caloría en un grupo de voluntarios con sobrepeso. De
hecho, ya se sabía de esta posibilidad en experimentos con ratones, pero es la
primera vez que se ensayan efectos en humanos.
Vale aclarar, eso sí, que todavía pasará un buen tiempo antes que esta molécula
llegue al mercado, si es que lo hace, porque todavía deberá atravesar varios años
de ensayos clínicos.
El coordinador de la experiencia, el doctor Steve Bloom, advirtió que todavía
debemos investigar sus efectos en el largo plazo. Aunque resulta prometedor
saber que, al ser natural, es muy posible que sea formulada como una
droga segura, sin mayores efectos peligrosos involuntarios. Y seguramente,
cada persona con peso de más podría utilizarla a voluntad, aunque con controles
médicos periódicos.
Sin dudas se trata de un estudio que habrá que seguir de cerca para ver si llega a
brindar una nueva herramienta para prevenir la epidemia de obesidad que se
expande por el planeta.
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