Sin embargo, según se ha apresurado a responder el equipo del doctor
Jeanne P. Goldberg en la revista Journal of the American Dietetic Association, la
mayoría de la población no cumple las pautas de alimentación que indica el dibujo
de la pirámide. Esto pone en duda que el problema resida en ella y apunta a los
malos hábitos de los consumidores.
En cualquier caso, la idea del gobierno estadounidense es que los ciudadanos
decidan, invitándoles al envío por correo de sus opiniones, si la pirámide cumple
su cometido o es necesario su rediseño.
Los especialistas en nutrición fijaron en 1992 la forma actual de la pirámide. Este
modelo, que distribuye los alimentos en grupos de manera que los más cercanos a
la base son los más necesarios, se intenta reformar para que ofrezca una nueva
imagen a principios de 2005.
El actual modelo piramidal presenta en el vértice, entre otras cosas, a las grasas,
aceites y dulces, mientras que en la base predominan las frutas o las
verduras.
El problema surge cuando el ciudadano interpreta que la cantidad recomendada,
por ejemplo, de carbohidratos como el pan o los cereales, que es de 6 a 11 tomas
al día, quiere decir que puede escogerse cualquier valor que esté incluido en ese
intervalo.
Una toma equivale a una rebanada de pan. Pero sólo el ciudadano que
comprende el significado de la pirámide alimenticia sabe que 6 tomas es suficiente
para personas que no queman muchas calorías al día. Éste es el caso de mujeres
sedentarias y de algunos adultos de edad avanzada. Las 11 tomas, en cambio,
deben ingerirlas jóvenes y adolescentes con altas necesidades
metabólicas.
Este malentendido sólo se resuelve con una interpretación del esquema piramidal
para cada individuo. Características como la edad, el sexo o el nivel de actividad
física condicionan la elección de la dieta más adecuada en cada caso. Por tanto, la
pirámide debe transmitir una idea genérica de cuál es la alimentación más
equilibrada, sin que se deduzcan de ella consejos sólo válidos para algunas
personas.
Otros valores del icono piramidal sugieren la ingesta diaria de entre dos y cuatro
tomas de fruta, de tres a cinco de verduras y de dos a tres de carne y otras
fuentes de proteínas.
Los expertos creen que la pirámide simplifica en exceso la clasificación de los
alimentos, pone el énfasis en el consumo de hidratos de carbono y da a entender
que conviene evitar todo tipo de grasas. Esto, llevado al extremo, favorece la
obesidad que sufren los ciudadanos de las sociedades más
desarrolladas.
Así se explica la iniciativa del Registro Federal estadounidense de reformar y
actualizar la gráfica piramidal de los alimentos. Ésta incluirá las nuevas
sugerencias de los ciudadanos sobre la dieta diaria y una forma de presentación
más comprensible. También se divulgará información actualizada para la
educación de profesionales y consumidores.
El gobierno estadounidense ya elaboró un comunicado en septiembre de 2003 en
que animaba a la ciudadanía a participar en una revisión de los modelos para el
consumo de alimentos. El nuevo aviso de este año solicita todo tipo de
comentarios de la población acerca de este asunto. Incluso ha anunciado la
celebración de una reunión pública el día 19 de agosto para captar de viva voz la
opinión de los voluntarios que acudan a la cita.
Las sugerencias al Registro Federal deben centrarse, ante todo, en seis áreas que
se consideran de particular interés. Se trata de una nueva configuración de la
pirámide alimenticia, de alertar al ciudadano de la importancia de la alimentación y
de métodos que ayuden al consumidor a personalizar la lectura de la
pirámide.
Asimismo, se debe opinar sobre los medios para mejorar la educación en la
nutrición. También sobre la emisión de mensajes que revelen por qué son válidos
los consejos que se dan, así como qué canales pueden servir para
difundirlos.
El ministerio de Agricultura de Estados Unidos pretende así recopilar la máxima
información posible sobre los hábitos alimenticios de los ciudadanos. El objetivo es
ayudar a éstos a elegir cada día la comida más idónea para su salud.
La incógnita es cómo se traducirá esta iniciativa en el nuevo aspecto de la ya
clásica pirámide, pues la Administración norteamericana admite no disponer aún
de una idea preconcebida de cómo mejorarla.
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