Científicos de la Universidad de Helsinki, que instruyeron a 300 embarazadas
que registraran su consumo de chocolate y su grado de estrés, halló que la
alimentación diaria con estas golosinas tuvo un impacto positivo en el
comportamiento del bebé.
Seis meses después de que los bebés nacieron, las madres que comieron
chocolate durante el embarazo reportaron más reacciones positivas, como reír y
divertirse con sus hijos.
«Los bebés de madres estresadas que consumieron chocolate con frecuencia
mostraron menos miedo ante situaciones nuevas que los de mujeres estresadas
que se abstuvieron de comer chocolate», señala el estudio publicado en la revista
New Scientist.
Pero Katri Raikkanen y sus colegas admitieron que no pueden estar seguros de
que el consumo de chocolate y la conducta de los bebés no estén vinculados a
otros factores.
No obstante, los científicos especularon que los efectos observados podrían ser el
resultado de químicos en el chocolate vinculados al buen estado de ánimo que son
transferidos al feto en el útero, según el estudio.
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