En la investigación, el resveratrol, sustancia que se encuentra en el vino
alargó la vida de la levadura hasta en un 70% y una molécula denominada
quercetina en el aceite de oliva tuvo unos efectos muy similares.
Ambos componentes tienen un efecto similar al de las dietas hipocalóricas que
han demostrado alargar la vida de los hongos. Una alimentación baja en calorías
activa una encima que, a través de su acción sobre el ADN hace más longevas a
estas levaduras.
David Sinclair, uno de los participantes en el estudio, aclaró que el resveratrol del
vino tinto actúa como un antioxidante, por lo que además de activar esta enzima
llamada SIR2, es responsable de otros beneficios para la salud, como la
prevención de enfermedades cardiovasculares.
Estudios anteriores demostraron que el efecto es el mismo en gusanos, moscas
de la fruta y ratones. Aunque aún no se conocen las consecuencias en mamíferos
grandes, ya que probar esos resultados en este tipo de animales llevará muchos
años.
Konrad Howitz, otro de los integrantes de la investigación, aseguró acerca de los
resultados del estudio, que suponen «un avance realmente importante»
porque «nos hacen estar más cerca de incrementar la longevidad de los humanos
con fármacos».
Sin embargo, el doctor David Finkelstein, del Instituto Nacional de Edad de
Washington, dejó en claro que aunque puede ser un importante avance «hay
diferencias muy grandes entre la levadura y los humanos».
Lo que sí está claro es que la dieta que siguen españoles e italianos aporta
muchos beneficios a la salud. Según datos de la Unión Europea, la esperanza de
vida en estos países es mucho mayor que en otros más avanzados. Así, en
España la longevidad de un hombre es de 75 años y de una mujer 83, mientras
que los estadounidenses sólo alcanzan los 74 cuando se trata de varones y los 80
años cuando hablamos de mujeres.
Deja una respuesta