La doctora Giorgina Mieli-Vergani, del hospital King’s College de Londres,
advirtió que los jóvenes con problemas en el hígado podrían requerir en el futuro
de un transplante.
Para los expertos en obesidad, estos estudios son una razón más para que los
niños tengan una comida balanceada.
La doctora Mieli-Vergani explicó que uno de sus pacientes con sobrepeso tiene 15
años y sufre de cirrosis.
El profesor Roger Williams, especialista del hígado del hospital Cromwell de
Londres, dijo que él también tiene casos de jóvenes que están en una etapa
previa a la cirrosis.
Para Williams es «espeluznante» ver estos y otros casos relacionados con la
obesidad en adolescentes.
La cirrosis, que ocurre en la última etapa de varios problemas relacionados al
hígado, destruye el tejido normal del órgano y lo reemplaza por una cicatriz
fibrosa.
Este daño irreparable impide que el hígado cumpla con sus funciones
normales.
Pero la cirrosis no es lo único que puede ocurrir si no se cuida la dieta de los
jóvenes. La doctora Mieli- Vergani dijo que el sobrepeso puede acarrear
problemas más comunes como la esteatosis hepática (NASH).
La especialista dijo que hace diez años una de cada 10 niños que trataba sufría de
NASH, pero que ahora la cifra era seis de cada 10 adolescentes.
Lo que hace esta enfermedad -entre otras cosas- es aumentar el riesgo de tener
otros problemas en el hígado, por lo que si el joven no cambia su hábito
alimenticio, podría requerir de un transplante, advirtió Mieli-Vergani.
Por su parte, el doctor David Haslam, del Foro Nacional de Obesidad del Reino
Unido, considera que «realmente no hay un órgano en el cuerpo que se salve de
los efectos de la obesidad, y el hígado es vital».
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