La investigación, publicada en Alcoholism: Clinical & Experimental
Research, agrupó a 32 mujeres alcohólicas, que no habían consumido durante
cuatro semanas, y a 16 bebedoras sociales. Los científicos analizaron su tensión
sanguínea, su frecuencia cardíaca y la resistencia vascular tras haber sometido a
las participantes a dos pruebas de estrés (apretar la manos y hablar durante
cinco minutos).
Las mujeres que padecían alcoholismo fueron organizadas en dos grupos distintos
según la presión sanguínea provocada por el síndrome de abstinencia. Por un
parte, aquellas con hipertensión ocasional que disminuía tras la abstinencia y, por
la otra, las que tenían una tensión normal durante todo el proceso.
Asimismo, las mujeres con hipertensión transitoria mostraron una disfunción
cardiovascular, no sólo mientras que no bebieron ninguna bebida alcohólica, sino
también en días posteriores. Este dato, según destacó Candice M. Monson, de la
Escuela Médica Dartmouth, «contrasta con estudios previos que muestran que los
hombres con este tipo de tensión recuperaban el funcionamiento cardiovascular
normal tras el periodo de abstinencia».
«Este resultado sí coincide con investigaciones más recientes, en las que se
demuestra que las mujeres padecen efectos cardiovasculares más severos que
los hombres y que emergen antes hacia la bebida crónica», añadió
Monson.
El consumo de alcohol de forma abusiva posee una serie de efectos negativos, no
sólo a corto plazo, como las subidas de tensión. «A largo plazo, aumenta el riesgo
de padecer desórdenes cardiovasculares como infartos en el corazón o en el
cerebro», señaló Bernardy.
Monson concluyó que la importancia de este estudio estriba en que diferencia los
efectos que el alcohol puede tener sobre las mujeres, frente a los hombres. «Esta
investigación, junto con otras recientes, muestra que los patrones femeninos de
consumo de alcohol y sus consecuencias difieren de los masculinos». Lo que no
significa que las mujeres tengan un corazón más pequeño, simplemente que
funciona de modo distinto.
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