El director del equipo de investigación, Colin Binns, de la Universidad Curtin
de Perth, en la costa occidental de Australia, dijo que el estudio de dos años
realizado entre 900 chinas halló que el riesgo de cáncer de ovario disminuía si la
actividad física aumentaba.
Las labores del hogar como sacudir el polvo y lavar los platos figuraban entre las
actividades físicas estudiadas.
«Si se realizan las labores del hogar sólo 20 minutos a la semana (…) realmente
no cuenta, pero si se hacen tres o cuatro horas al día, es ciertamente un ejercicio
vigoroso y aumenta la protección contra el cáncer de ovario», explicó
Binns.
El estudio se llevó a cabo en el Hospital Universitario Xhejiang, en Hangzhou, en
la provincia de Xhejiang, al sur de Shangai.
Según Binns, el estudio apoya la idea, antes disputada, de que el ejercicio físico
puede ayudar a prevenir el cáncer de ovario y posiblemente otros tipos de cáncer
dependientes de hormonas, que afectan a las mujeres, como son el cáncer
cervical, o del cuello uterino, y el del útero.
El investigador comentó que se ignora la razón del fenómeno, pero indicó que
podría deberse a que el ejercicio evita el almacenamiento excesivo de grasa, lo
que influiría en la actividad hormonal. Además agregó que la función del sistema
inmunitario también mejora con el ejercicio.
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